Beach Life: Louis Lambert | Delimbo Sevilla
Suelto.
Así surfea y así pinta.
Bordes sin disfraz. Acción sin restricciones. Brusquedad en vez de suavidad. En busca de la efervescencia y no de lo impecable. El error que siempre vale la pena. El error que siempre tiene valor potencial en sí mismo.
Beach Life (Vida de playa), la segunda exposición individual de Lambert en Delimbo, muestra esa soltura y esa vitalidad de forma precisa, su imaginación desatada, sus pasiones desatadas. Centrada en la que es su hogar desde hace cinco años, la isla volcánica de Tenerife, la exposición es una oda a esa isla paradisiaca, al mar, a las montañas, a los habitantes de la isla con la que ya está vinculado permanentemente.
Naturalmente, este cambio de paisaje, de la urbanidad mesetaria de Madrid a la insularidad literal de la vida en la isla, también ha provocado un cambio en el método de Lambert. Si en Madrid pintaba, como él mismo dice, “para contar historias, para hablar de política, para centrarme en un asunto concreto subyacente al contenido formal de la obra”, en Tenerife la cercanía a la naturaleza, a su intensidad y belleza equivalentes, empezó a superar y dejar atrás esta postura previa: “Ahora estoy más centrado en la contemplación”, dice, “en contemplar lo que hay en realidad alrededor. Esto va de volver a centrarme en la verdad de lo cotidiano, porque creo que lo que me rodea merece una reflexión profunda, una consideración y una contemplación y una pintura reales”.
Así, las obras que componen Beach Life pueden separarse en dos grandes categorías; la primera, un conjunto de obras más representativas (como puede verse en particular en las cerámicas y los collages de fieltro) que sigue el estilo más fantasioso de su alter ego 3TTMan; la segunda, un conjunto de paisajes más clásicos o “pinturas de género” (como puede verse especialmente en los cinco lienzos que componen la serie Paisajes), que son interpretaciones directas de la realidad vivida que lo rodea. Este estilo de producción, podría decirse, se apoya más en su ego primario que en su alter ego, en la personalidad de Louis Lambert. Por lo tanto, los Paisajes se centran en la vida local de Tenerife, en los paisajes que tal vez uno no imagina necesariamente al pensar en Tenerife. De Vanessa y Thelma trabajando en el platanar que hay junto al estudio de Lambert a las escenas callejeras de Calle Traviesas, la serie dispone el entorno a través de su prisma visual, un homenaje a “la belleza de las cosas si sabes mirarlas (y cuidarlas)”. Pero no se equivoquen, esta nueva serie ha supuesto un riesgo para Lambert, no solo por trabajar con un asunto que no está de moda (sin duda, no es el caso de la pintura de género), sino porque se ha obligado a encontrar un estilo nuevo alejado de sus obras tradicionales. Las escenas que ha producido, ricas en capas, densas, las obras recubiertas de pintura una y otra vez (y que a veces necesitan más de un año para estar acabadas), apuran así las ventajas de los accidentes y los errores a los que dan lugar. Dejan que el fondo se filtre, mostrando ese algo más que siempre se esconde debajo de la superficie. Más aún, para Lambert, prueban que a pesar del deseo desesperado de novedades que se ha apoderado del mundo contemporáneo, el deseo constante de lo último y lo más novedoso, a veces lo más mágico, lo más potente, lo más rico es lo que nos rodea.
Sin embargo, junto a este grupo de obras, Vida de playa también incorpora la exuberancia fantástica que ya esperamos de Lambert, la imaginativa producción de sus cerámicas, cuadros y collages, la producción culminada con su estilo colorido, despreocupado y totalmente naïf. Todos ellos se centran en la felicidad pura, la sencillez, lo extraño de la vida de playa. Castillos de arena y pistolas de agua. Macedonia y superhéroes. Delfines voladores, volcanes en erupción y, claro, sexo en la playa. Sin embargo, como conjunto completo, la fantasía y la realidad, las invenciones y las representaciones se unen para formar una carta de amor doble a Tenerife, a su día a día y sus extraordinarias posibilidades. Se unen para mostrar de qué va Lambert exactamente: de soltura, amor y ansia de vivir.
Texto por Rafael Schachter
Traducción por Guillermo López Gallego